Roma está en un momento caliente, como dirían los tifosi. La reciente caída en el rendimiento ha dejado al club en una situación inestable, con la sombra de la duda rondando al entrenador Ivan Juric. Pero Juric no es de los que se esconden. Su enfoque es directo, sin rodeos: confrontación abierta, comunicación honesta y una búsqueda incansable de la unidad dentro del equipo.
Juric no duda en reconocer la realidad: «Ha habido un colapso emocional. Después de 40 días de buen trabajo… esperaba un paso adelante, pero hubo un colapso total». Sus palabras son como un golpe en la mesa, la verdad sin tapujos. Como un cirujano que se enfrenta a una herida abierta, Juric busca la raíz del problema.
¿Un punto de inflexión? «Puede ser un punto de inflexión, como lo fue para el Milan», afirma Juric, comparando la situación actual con la que vivió el equipo rossonero bajo la dirección de Pioli. Un momento de crisis que, a veces, puede ser el catalizador para un cambio positivo.
El entrenador croata es consciente de que la unidad es crucial para la recuperación: «El equipo de la Roma no puede permitirse exclusiones». Las palabras de Juric son contundentes: la fuerza del equipo reside en la unión, en la capacidad de cada jugador de aportar al objetivo común.
La verdad, incluso si duele, es necesaria. «Han sido días de fuertes discusiones, pero es mejor que haya sucedido temprano», admite Juric. El técnico reconoce la intensidad de las conversaciones, pero las considera una herramienta esencial para recuperar el rumbo.
«Creo que debería quedarse entre nosotros», declara Juric sobre las discusiones internas, pero deja claro que la transparencia es vital: «Nos dijimos la verdad. Tal vez al principio de forma violenta, luego razonablemente».
En un momento donde las críticas se centran en el rendimiento del equipo, Juric defiende su trabajo con orgullo: «El equipo ha concedido solo 5 goles en 7 partidos». Su confianza en la capacidad de sus jugadores es inquebrantable: «Quieren mejorar y pueden hacerlo muy bien».
Juric también habla de la comunicación con el presidente: «He tenido contacto con el presidente y hablamos de todo». La conexión con la directiva es vital para el proceso de recuperación. Su mensaje es claro: «Yo necesito entrenar, el médico necesita cuidar a los jugadores y los jugadores necesitan jugar».
Roma está en un punto crítico, pero la actitud de Juric es la de un líder que asume la responsabilidad, que busca soluciones y que cree en la capacidad de su equipo. La confrontación abierta, la comunicación honesta y la búsqueda de la unidad son las armas que Juric utiliza para enfrentar esta crisis.
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