La Juventus, otrora un bastión impenetrable en defensa, ahora se tambalea como un castillo de naipes. ¿La causa de esta transformación? La ausencia del central brasileño Gleison Bremer.
Antes de su lesión en Leipzig, la Juventus era un muro inexpugnable, presumiendo del mejor registro defensivo entre las cinco grandes ligas europeas. Pero la ausencia del gigante brasileño ha dejado al descubierto las debilidades de la zaga bianconera, y la reciente debacle contra el Inter de Milán es el ejemplo más flagrante.
El empate 4-4 contra el Inter fue un suplicio para los ojos, un espectáculo de fragilidad defensiva que hasta el más aficionado a la Juve no reconocería. La decisión de Thiago Motta de colocar a Danilo como central, junto a Kalulu, dejando a Gatti en la banca, se volvió un error monumental. Ambos defensores cometieron errores costosos, Danilo concediendo un penalti, y Kalulu dando la impresión de navegar por la cancha en un mar de confusión.
Las estadísticas son frías, pero hablan con la crudeza de un juez implacable: antes de la lesión de Bremer, Juventus solo había concedido un gol en siete partidos. En los cinco encuentros desde su ausencia, han permitido ocho goles. Solo en el partido contra la Lazio lograron mantener la portería a cero durante este período.
Esta debacle defensiva no es solo un problema de números, sino también un cambio en la mentalidad del equipo. Juventus, antes un equipo que asfixiaba a sus rivales, ahora se ve superado por la cantidad de disparos que recibe. En el partido de la Champions League previo al encuentro contra el Inter, concedieron 24 disparos, un aumento significativo respecto a su total anterior de 21 en todos los partidos. Contra el Inter, permitieron 18 disparos, con Di Gregorio haciendo milagros para evitar una derrota humillante.
El registro defensivo del equipo en la Serie A también ha ido en picado, con cinco goles concedidos, colocándolos a la par con el Nápoles. Esta repentina vulnerabilidad en la defensa es una gran preocupación para la Juventus, ya que entran en un período crucial en noviembre y diciembre.
El impacto de la ausencia de Bremer parece ser mucho mayor de lo que se esperaba inicialmente. Lo que se preveía como un déficit de 10 puntos se ha convertido en un problema mucho más grave. ¿Qué solución se vislumbra para esta situación? La Juventus tendrá que encontrar respuestas rápidamente, porque si no lo hace, el castillo de naipes puede desmoronarse por completo.
