¡Hola, tifosi! Hoy nos adentramos en el corazón de Nicolò Barella, el talentoso centrocampista del Inter que, con su pasión, entrega y humildad, se ha ganado el cariño de la afición nerazzurra. En una conversación íntima con el locutor de radio Matteo Caccia, Barella nos revela detalles personales que nos acercan aún más a este extraordinario jugador.
«No publico mucho en las redes sociales, pero me gustaría compartir más sobre mi vida. Puede que los fanáticos me vean distante, y quiero explicar mejor quién soy», confesó Barella, mostrando su deseo de conectar con la afición. Y vaya que lo hace, con una transparencia que conmueve.
«Amo todo de ser padre. Es una decisión que tomé cuando era joven,» comentó, revelando la importancia de su familia en su vida. «Crecí en una familia numerosa y todos se convirtieron en padres. Cuando conocí a Federica, mi esposa, decidí formar una familia porque siempre la he deseado. Espero ser un buen padre, presente y participativo en sus vidas.»
El fútbol, para Barella, es un camino apasionante, pero lleno de desafíos: «El fútbol sigue siendo una pasión porque es un juego antes de ser un trabajo. Hay cosas desagradables en este mundo, como la crítica, especialmente en las redes sociales. Esto se convierte en un reto mental, que a veces lleva mal humor a casa. De niño, no pensé que habría tantas facetas en la vida de un futbolista.»
Nicolò, un hombre en constante evolución, reconoce con humildad su crecimiento: «He cambiado mucho. Solía gustarme las «guerras», discutir, cosas que no eran buenas para mí ni para quienes me rodeaban. Ahora soy mucho más tranquilo, incluso al interpretar los partidos. Estar con mis hijos me ha enseñado que hay problemas más grandes.»
Al referirse a la final de la Champions League, nos confiesa: «Es agotador porque, pase lo que pase, sigue siendo nuestro escenario, el momento de demostrar que soy fuerte, que el Inter y la selección nacional son fuertes. Es difícil decir que el fútbol es solo un juego en esos momentos.»
Barella, a pesar de su éxito, se mantiene firme en su esencia: «No me importa que alguien me diga «eres el mejor», no me afecta. Lo que me enorgullece es que un oponente me haga entender que soy fuerte; mis compañeros me hacen sentir como un dios, pero también hay amistad influyendo en eso.»
En el contexto del derbi del Scudetto contra el Milan, Barella demuestra su nobleza al expresar empatía por el lado perdedor: «Me sentí obligado a estrecharles la mano porque sé lo que significa. He perdido finales, he descendido, he perdido finales de la Champions y la Europa League. Sé lo que significa perder.»
Para finalizar, Barella nos entrega una profunda reflexión sobre su trayectoria: «Para mí, Cagliari está en mi sangre, pero Inter ha entrado en mi corazón y en mi vida. Tuve muchas oportunidades de dejar Cagliari, más de un par, eran equipos importantes que nunca nombraré. Muchas de mis decisiones fueron dictadas por el hecho de que no podía ir a ciertos equipos debido a la rivalidad entre las bases de fans.»
La historia de Nicolò Barella es un testimonio de su pasión por el fútbol, su madurez como jugador y como persona, y su capacidad de conectar con los fanáticos. Su humildad, su compromiso con su familia, y su capacidad de afrontar los retos del fútbol con serenidad lo convierten en un ejemplo para todos los que aman este deporte.
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