Justo nueve días después de su transferencia oficial, Santiago Giménez regresa a los Países Bajos, esta vez luciendo con orgullo los colores carmesí y negro del AC Milan. «De Kuip», el icónico estadio Feijenoord, fue testigo del ascenso meteórico de este delantero mexicano, un jugador cuyo viaje, desde Cruz Azul en 2022 hasta una venta récord a los gigantes italianos, personifica la pura determinación del talento joven impulsado por la fe. El Milan no se contuvo, desembolsando más de 35 millones de euros (incluidas las bonificaciones), una suma verdaderamente monumental para el Feyenoord, para traer a la joven estrella a sus filas.
Un destino divino
giménez, un individuo profundamente religioso que se ve a sí mismo como un «soldado de Cristo«, ve cada paso de su carrera como parte de un plan divino. Para este joven de 23 años, unirse al AC Milan no fue solo una transferencia; fue un destino tejido en la misma estructura de los sueños de su infancia. La legendaria camiseta rossonera, un símbolo de la historia del Milán, tiene un significado especial, casi sagrado, para Giménez. Su regreso a las costas holandesas, donde realmente encontró su ritmo, sin duda será una ocasión trascendental, un verdadero momento de círculo completo.
La negociación magistral de Pimenta
Esta transferencia no fue una decisión improvisada, sino una sinfonía de movimientos cuidadosamente orquestada. Las negociaciones comenzaron en septiembre, con la brillante agente Rafaela Pimenta guiando hábilmente el proceso, asegurando el mejor resultado posible para todos los involucrados.Inicialmente planeado para el período de transferencia de verano,el acuerdo se aceleró gracias a un efecto dominó provocado por la situación de Morata en el Milán,lo que agregó una sensación de urgencia al movimiento ya calculado. la delicadeza de Pimenta al negociar una tarifa de transferencia que dejó satisfechos a ambos clubes es un testimonio de su genio estratégico, un factor clave para asegurar a la superestrella mexicana. El movimiento representa no solo una inversión significativa para el Milán, sino también un triunfo financiero monumental para el Feyenoord: ¡hablamos de una situación en la que todos ganan!
Un legado forjado en Holanda
La temporada de tres años de Giménez en el Feyenoord fue más que un capítulo exitoso; fue un período de inmenso crecimiento y desarrollo. Al llegar como un joven talento prometedor de México, se transformó en una máquina de marcar goles de buena fe. Liderar al Feyenoord al título de la Eredivisie solo solidificó su reputación como un engranaje vital en la máquina de fútbol holandesa. Su compromiso inquebrantable con el equipo, junto con la fuerza que extrae de sus creencias religiosas, realmente define su carácter. 🚀⚽
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