¡Ay, amigos! La derrota 5-1 contra la Fiorentina nos dejó con un nudo en la garganta, pero en medio de la decepción, el capitán Lorenzo Pellegrini resonó como un trueno en el silencio del Olimpico. ¡Su mensaje? Un llamado a la acción, directo y sin rodeos, como un «¡Basta!» a la inconsistencia.
«No sé cómo salir de esta situación, pero la única respuesta es el trabajo duro», dijo Pellegrini, con la mirada fija y la voz cargada de decepción. «No encuentro nada positivo en este partido, nada sobre lo que construir».
¡Un capitán que no se anda con rodeos! Pellegrini, sin buscar excusas, reconoció la cruda realidad: una Roma que necesita despertar. «Todos estamos aquí para hacer lo mejor por este club, y ya saben lo que Roma significa para mí. No hay un solo día en el que no lo dé todo por este equipo. Días como estos son doblemente difíciles para mí».
¡Un corazón romano a flor de piel! Estas palabras, pronunciadas con la pasión que solo un verdadero romanista puede sentir, se clavan en el corazón de los tifosi. ¡Un mensaje que traspasa la barrera del campo, un grito que debe resonar en el vestidor!
¿Qué pasará ahora? ¿Se convertirá esta noche en un punto de inflexión? El futuro de la Roma depende de la respuesta a este llamado. ¡De que los jugadores entiendan el mensaje de su capitán y se conviertan en gladiadores, no en sombras!
La Curva Sud, la ciudad, todos esperan. ¡Que la decepción se transforme en furia, la impotencia en determinación! ¡Forza Roma!
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