El Estadio Ennio Tardini, un estadio que alguna vez fue su hogar, recibió a Roberto D’Aversa con los brazos abiertos. El técnico toscano, ahora al frente del Empoli, regresó a la ciudad donde escribió su historia, pero esta vez como visitante, en un encuentro que cargó con una carga emocional palpable en cada movimiento del partido.
El partido, un empate agridulce 1-1, fue como un espejo del propio D’Aversa. El técnico, quien llevó al Parma a la Serie A en 2018 y les brindó momentos gloriosos, se encontró frente a un equipo que lucha por consolidarse en la máxima categoría. La emoción de su regreso se sintió desde el pitazo inicial, con intensidad y pasión por ambos bandos.
«Cuatro años aquí con mi familia no se olvidan fácilmente», dijo D’Aversa en su conferencia de prensa. «Hay mucha gente a la que sigo cercano, y tengo amigos en la ciudad. Es agradable volver aquí. Es la primera vez que lo hago como rival, pero nunca seré un enemigo».
Su regreso a Parma, una ciudad que le dio tanto, fue un testimonio del profundo vínculo que forjó con el club y sus seguidores. Sin embargo, la alegría de la reunión se vio empañada por el desempeño del Empoli, que había demostrado un buen desempeño en la primera mitad, pero cedió terreno en la segunda, dejando un sabor amargo en la boca de D’Aversa.
«Es cierto que cuando tienes cuatro jugadores que no están en plena forma, como Grassi, Viti e Ismaijli, es normal que podamos decaer», explicó. «Pero creo que el lamento es después del primer tiempo; deberíamos haber sido más clínicos».
El técnico toscano, conocido por su pasión y su ojo para el detalle, analizó con precisión las dificultades del Empoli, particularmente su tendencia a flaquear tras conceder un gol. «Como contra el Nápoles y la Lazio, después de conceder un gol, lo cual puede suceder, tuvimos unos minutos de confusión», comentó. «Después de conceder, dimos espacios, y con el penalti, pudimos haber tirado el partido por la borda. Tenemos que seguir jugando; en la segunda mitad, nos detuvimos demasiado pronto, sin esperar siquiera el declive físico legítimo».
Aunque el resultado final no fue el esperado, D’Aversa mostró optimismo: «Estoy satisfecho con el resultado, pero tenemos que mejorar en la gestión de las situaciones», afirmó. «Mientras juguemos, podemos poner en aprietos a cualquiera, como lo hicimos hoy y contra el Nápoles, pero debemos mejorar en la gestión de diferentes escenarios durante el partido.»
El regreso de D’Aversa a Parma fue un momento emotivo, una mezcla de alegría y nostalgia. A pesar de que su equipo no logró la victoria, su regreso a la ciudad donde escribió una parte importante de su historia futbolística fue un recordatorio del impacto que tuvo en el club y sus seguidores.
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