¡Hola, tifosi! Nuestro querido Cagliari, el «Rossoblù», se enfrentó a un rival de peso en Bologna, y la batalla no fue fácil. La derrota, sí, pero en las palabras de Davide Nicola, un espíritu indomable sigue latiendo fuerte.
«No fuimos precisos en los pases ni en el ataque desde la línea defensiva. Concedimos dos goles donde nosotros mismos tuvimos responsabilidad. Analizo los errores y aprendo de ellos. Nos faltó contundencia, pero Bologna es un rival de gran calidad. Creímos en la victoria, y eso es importante para mí», explicó Nicola con esa honestidad que lo caracteriza.
La fatiga, como un fantasma que acecha al Cagliari, fue mencionada por Nicola: «La fatiga tuvo su papel. Era el tercer partido en pocos días, y en Udine jugamos con diez hombres durante más de una hora. La alineación se decidió para evitar que nos quedáramos sin fuerzas a mitad de partido. El crédito a Bologna, aunque podríamos haber marcado antes».
Nicola, con esa determinación que lo define, sigue buscando la identidad del equipo: «Debemos construir nuestra identidad partido a partido. Tenemos que seguir mejorando sin descanso», añadió con un brillo en la mirada.
La decisión de colocar a Gaetano en una posición no habitual tuvo una explicación lógica: «Luvumbo había jugado mucho, y decidí colocarlo en esa posición. Ya la ha ocupado antes. Tiene la calidad para hacerlo», argumentó Nicola con un tono seguro.
La vuelta de Prati, luego de su ausencia, generó algunas dudas. Nicola, sin embargo, defendió su decisión: «No ha jugado durante mucho tiempo. No podemos jugar siempre con los mismos jugadores. Correríamos el riesgo de quedarnos sin energías. En este sentido, tuve que dosificar nuestras fuerzas».
El entrenador mantiene la fe en sus delanteros, a pesar de la sequía goleadora: «Tanto Luvumbo como Lapadula no son goleadores natos, como demuestra el año pasado. No es justo destacar que estos chicos no están marcando. Tenemos que creer en ellos, los goles llegarán», dijo Nicola con un optimismo contagioso.
Cagliari, como un barco en medio de la tormenta, busca su rumbo. La lucha es constante, pero la fe en el capitán Nicola, y en el espíritu del «Rossoblù», sigue intacta. ¡Forza Cagliari! 💪
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