¡Qué lluvia, eh? 🌧️ El fútbol italiano se vio sacudido este fin de semana cuando el encuentro entre el Bologna y el AC Milan, programado para el sábado a las 6 pm, fue cancelado por el mismísimo cielo. La lluvia torrencial que azota Emilia Romagna obligó a la ciudad de Bolonia a tomar medidas drásticas, y el alcalde Matteo Lepore, tras consultar con la policía y las autoridades locales, decidió posponer el encuentro.
Con 35,000 aficionados preparados para invadir el estadio, las autoridades consideraron un riesgo para la seguridad pública la realización del partido en esas condiciones. La ciudad se encontraba en alerta máxima, y la amenaza de más lluvia torrencial no dejó otra opción que la suspensión.
Este giro inesperado tiene consecuencias significativas para el AC Milan, que se enfrenta a un calendario apretado y a la amenaza de perder terreno en la carrera por el Scudetto. La suspensión obliga a los Rossoneri a cumplir las suspensiones de Theo Hernandez y Tijjani Reijnders en el próximo partido de liga. ¡Un duro golpe para el equipo!
La situación se complica aún más para el Milan, que tendrá que buscar una nueva fecha para el encuentro con el Bologna en medio de un calendario ya abarrotado por los compromisos de la Champions League. El margen de maniobra es limitado, con solo dos fechas sin partidos de mitad de semana entre ahora y mediados de enero.
Mientras tanto, el Bologna tendrá que lidiar con su propio desafío: un partido de mitad de semana contra el Cagliari. Los Felsinei han tenido un comienzo titubeante, con solo una victoria en ocho partidos, y se encuentran en la posición 12 de la tabla.
La suspensión representa una oportunidad perdida para el Milan, que buscaba construir impulso tras sus recientes victorias. La diferencia con el Napoli, que actualmente lidera la tabla, podría aumentar a cinco puntos antes del enfrentamiento del martes. Los Partenopei jugarán contra el el sábado, buscando consolidar su posición de privilegio.
El partido entre Bologna y Milan se convierte en un enigma sin resolver. El impacto en el calendario y la necesidad de encontrar una nueva fecha, sumado a la amenaza de las suspensiones, crea un escenario complejo para el AC Milan. La presión aumenta, y la victoria contra el Napoli, el martes, parece más crucial que nunca.
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