El verano de 2024 se presenta como un verano caliente para el AC Milan, un periodo donde las decisiones de la directiva marcarán el destino del equipo en los próximos años. El objetivo principal es consolidar el proyecto ambicioso bajo el mando de Paolo Fonseca, un entrenador que necesita apoyo y confianza para llevar al equipo a la gloria. Esto significa tanto asegurar la permanencia de jugadores clave como reforzar las áreas débiles del plantel para afrontar con garantías las competiciones nacionales e internacionales.
El corazón de esta operación reside en las renovaciones de contrato. El caso de Theo Hernandez es uno de los más delicados. Su agente, Manuel Garcia Quilon, ha expresado públicamente su inquietud por la falta de comunicación de la directiva, declarando: «No he recibido señales del club sobre una renovación en cinco meses». A pesar de esto, las conversaciones están abiertas, y el acuerdo parece estar cerca, con un aumento significativo del salario de Hernandez a €6.5 millones netos por temporada, un reflejo de su importancia para el equipo.
En contraste, el caso de Mike Maignan es más tranquilo. El portero francés ha recuperado su mejor nivel, y la directiva del Milan no duda en su calidad. Se espera que su contrato se extienda hasta 2030, con un doble aumento de su salario a €5 millones por temporada.
Matteo Gabbia, el defensor italiano, también está en camino de renovar su contrato con el Milan, con un aumento significativo de su salario. El club tiene plena confianza en su talento y su futuro dentro del equipo.
Sin embargo, la situación de Davide Calabria es más compleja. El capitán del Milan, con contrato hasta 2025, parece estar en la cuerda floja. El club se muestra reticente a iniciar negociaciones por su renovación, lo que ha generado especulaciones sobre una posible salida del equipo. Si bien se habla de una decisión puramente técnica, la incertidumbre rodea la situación de Calabria, dejando un vacío en la defensa que deberá ser cubierto.
El futuro de AC Milan depende de las decisiones que se tomen este verano. La dirección deportiva debe encontrar el equilibrio entre la prudencia financiera y la ambición deportiva, buscando fortalecer el equipo sin descuidar la estabilidad económica. Las salidas de jugadores clave como Calabria pueden ser un golpe para el equipo, pero también una oportunidad para incorporar nuevos talentos y fortalecer la plantilla. Lo importante es que el equipo tenga la confianza y el apoyo necesarios para afrontar los desafíos que se presentan en la próxima temporada.
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